Ciertas narices permiten que las cicatrices queden ocultas dentro de la cavidad nasal. En estos casos, no habrá cicatriz aparente. En otros casos, sin embargo, existen cicatrices externas poco visibles, como consecuencia de incisiones (cortes) realizadas en la columela o en las alas nasales, hechas para armonizar mejor el resultado o incluso la fisiología nasal.

Cada paciente se comporta de forma diferente con respecto a la evolución de las cicatrices y, en el caso específico de la nariz, generalmente se vuelven imperceptibles. Algunos pacientes, sin embargo, pueden presentar una tendencia a una cicatrización inestética (hipertrófica o queloide). Este hecho deberá ser discutido en la consulta inicial, así como las características familiares. Las personas de piel clara tienden a desarrollar menos este tipo de cicatrización.

Diversos recursos clínicos y quirúrgicos nos permiten mejorar dichas cicatrices inestéticas, en el momento adecuado. La cicatriz hipertrófica o queloide no debe confundirse, sin embargo, con la evolución cicatricial que deberá ser aclarada durante los controles postoperatorios, cuando se puede evaluar la fase en que se encuentra.

No. Existe un equilibrio estético entre la nariz y el rostro, equilibrio que el cirujano debe observar, con el fin de preservar la autenticidad y naturalidad de esa cara. La calidad de la piel de la nariz también podrá influir en el pronóstico del resultado deseado. Cada caso se estudia para que se pueda dar a la nariz la mejor forma posible, dentro de las exigencias del rostro. Si su elección coincide con el tipo de nariz planificado, sin duda su deseo será atendido. Cirujano y paciente deberán estar de acuerdo con el resultado que se puede obtener. Además, la nariz tiene numerosas funciones, entre ellas la respiración y el olfato, que deben ser respetadas.

No. Varias fases son características del postoperatorio de la nariz. Así es que, en una primera fase (justo después de la retirada del vendaje inmovilizador, alrededor del 7.º día), a pesar de que se han corregido varios defectos estéticos de la nariz original, notamos un edema (hinchazón) que va disminuyendo con el pasar de los días y que tiende a normalizarse entre los 6 y 12 meses. Hay pacientes que alcanzan el resultado definitivo un poco antes, así como otros que superan este período. La persistencia o no del edema transitorio por un período más largo de lo normal, generalmente no interfiere en el resultado final.

La rinoplastia busca mejorar las condiciones estéticas y, cuando sea necesario, corregir algunas alteraciones respiratorias del paciente, cuando estas condiciones son precarias en la nariz original. Podrá haber gran dificultad respiratoria en ciertos momentos del día en el postoperatorio inmediato. Con el tiempo, tiende a normalizarse. Cuando la corrección del tabique es necesaria, la rinoplastia podrá realizarse simultáneamente.

La acción de la cirugía sobre este síntoma es imprevisible. Lo importante es que se intente al máximo la preservación de las funciones respiratorias en la rinoplastia.

Tanto la anestesia local con sedación como la general pueden ser utilizadas. Quedará a criterio del equipo quirúrgico indicar la más conveniente.

Alrededor de 4 horas. En algunos casos este tiempo puede ser superado. Sin embargo, el tiempo del acto quirúrgico no debe confundirse con el tiempo de permanencia del paciente en el ambiente del Centro Quirúrgico, ya que esta permanencia también incluye el período de preparación anestésica y recuperación postoperatoria. Su médico podrá informarle sobre el tiempo total.